En marzo del año 2020 nuestra sociedad se vio inmersa en una auténtica pesadilla llamada COVID-19 digna de la mayor película de terror de Hollywood. Como quien dice, de un día para otro, nos quedamos confinados en casa escuchando a los medios de comunicación como daban terribles noticias muy difíciles de asimilar.
Durante todo este tiempo que llevamos de pandemia, si algo ha destacado en nuestra sociedad occidental, es que está llena de miedos, egoísmo y muchas carencias derivadas de un sistema productivo muy dependiente de agentes externos. Por suerte, no todo ha sido malo, en contrapartida también ha surgido la humanidad y solidaridad de muchas empresas.
En esos momentos la escasez de material sanitario era tremendo y el inflado de precios por parte de las multinacionales del sector peor aun. Entre ellos los famosos respiradores, tan necesarios para combatir el COVID-19, ya que suponían un elemento esencial para el soporte vital de los pacientes más graves, y en caso de colapso del sistema, la falta de estos equipos suponía un agravamiento de la situación.
Pues bien, la COTEC lanzó en ese momento la Iniciativa AIRE para diseñar y fabricar un respirador gallego de bajo coste Open Source y Jacobo Penide como director de Bionix Technologies, empresa gallega referente en el sector de la implementación de la tecnologías RFID, me invitó a participar en este importante proyecto para aportar mi granito de arena en cuanto a Branding. Unir fuerzas para un fin tan humano, ¿Cómo podía negarme?
En pocas semanas ya había un prototipo del respirador y en pocos meses de ajustes, un producto final, económico, eficaz y potente.
Mi responsabilidad dentro del proyecto fue crear el nombre con el que se iba a conocer, su identidad visual y el diseño gráfico de todos los elementos de comunicación necesarios para la difusión del mismo.
Naming
El nombre de la marca debía asociarse a Galicia, cuna del proyecto. Por tanto, partimos de un potente símbolo milenario, el Faro de Finisterre (Fisterra en la toponimia gallega), que también reflejaba ese sentimiento de luz que nos guía entre la adversidad.
Fisterra era una buena marca pero el nombre , pero quedaba darle una vuelta de tuerca. Primero Ya que el proyecto se sustentaba en la filosofía colaborativa del Software Libre, cambiamos Fisterra, por Freesterra, que tiene la misma sonoridad pero resaltando el sentido de free, libre en castellano. Un doble guiño entre Galicia y el Open Source.
Identidad Visual
Con el naming ya claro, comenzamos con la identidad visual. En principio teníamos claro que queríamos escapar de los convencionalismos gráficos sobre elementos de anatomía humana o tecnología muy recurrentes en el sector de la industria sanitaria.
Se trataba de un producto diferente. Buscábamos la simplicidad del símbolo y el escapar de complejos conceptos tecnológicos. Se trata de aire, de vida. Por tanto, se nos ocurrió usar como símbolo representativo un sencillo molinillo de viento, que se puede definir como conductor de aire y el movimiento de la vida.
Para los colores corporativos, pesaba mucho «a terriña», así que elegir una paleta de azules era obligado. El azul es nuestro color. El mar está presente en el ADN gallego y forma parte de la bandera institucional de la Comunidad de Galicia.
Resumiendo, un proyecto en pleno confinamiento que está trayendo multitud de reconocimientos de todas las áreas de la sociedad, pero sobre todo, que participar con este gran equipo, me ha me ha generado una gran satisfacción personal.